Muchas veces no te queda más remedio que pasar de página con el chico del que estás prácticamente enamorada. Porque sí, porque no te queda otra opción. Te das cuenta de que no sirve de nada ir detrás todo el tiempo. No digo que haya que perder la esperanza pero tampoco hay que insistir, sabes que se acabará cansando de tu juego.
En mi caso, no, no estoy enamorada, me gusta un chico, sí. Y cada vez me gusta más y no quiero enamorarme porque se que lo voy a pasar mal, porque lo mío es así, siempre del equivocado, parece que ya lo tengo grabado en la mente, es una cosa rutinaria. También se que no vale mucho la pena seguir detrás, porque no va a ningún sitio, pero es difícil olvidarse de que existe un sentimiento cuando justamente ver a esa persona todos los días.
¿Celosa? mm, digamos que no. No estoy celosa porque se acerque a otras chicas, no soy de esas. Soy celosa cuando hay que serlo. Si se va con una chica a la que conoce de bastante, no lo soy. Si se va con una a la que conoce de un día, lo soy y mucho. Más que nada porque no puedo entender porque a una chica de un día sí y a mi no... en fin. Sigo diciendo que cuando te pasa algo así es mejor cortarlo de raíz, porque puede ser demasiado tarde...
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